domingo, 1 de marzo de 2009

EL CASO DEL CEMENTERIO COSMOPOLITA

EL CASO DEL CEMENTERIO COSMOPOLITA

El día 25 de Marzo del año 1894, domingo de Resurrección, falleció en esta ciudad de Santiago de los Caballeros el distinguido caballero Eugenio Muller, Grado 30, de nacionalidad alemana, miembro activo de la Respetable Logia Nuevo Mundo NoO. 5 y de los Altos Cuerpos de la Masonería Santiaguesa, masón de relevantes prendas morales quien profesaba la religión Luterana. No teniendo familiares en esta ciudad, sus Hermanos masones se encargaron de dar honrosa sepultura a sus restos.

El canónigo Don Carlos Nouel, Vicario Foráneo de Santiago de los Caballeros y Cura Párroco de la Iglesia Mayor, se dirigió al Honorable Ayuntamiento y a la Respetable y Benemérita Logia Nuevo Mundo No.5, manifestando que el" señor Muller no podía ser enterrado en el cementerio católico por su condición de afiliado a la religión protestante. Como era de esperarse, esta actitud del Padre Nouel produjo gran revuelo entre masones y profanos íntimos del difunto. Unos alegaban que el cementerio no era de personas determinadas, otros que exclusivamente de los católicos. Se cruzaron telegramas con el Superior Gobierno, pero todo fue inútil. El Cura Párroco permanecía irreductible, no obstante haber sido éste, antes de dedicarse a la carrera eclesiástica, un masón que ostentó el Grado 32 y fue un buen Venerable Maestro de la Respetable Logia La Fé No. 7 del Oriente de Santo Domingo.

Había que tomar medidas urgentes porque el cadáver ya mostraba signos de descomposición. En vista de tan desesperante situación los masones decidieron sepultar el cadáver del Hermano MulIer en el atrio del Templo, solucionando así el conflicto.

Para evitar futuros conflictos la Respetable Logia Nuevo Mundo NO.5 decidió construir un nuevo cementerio cosmopolita al lado del que para entonces se denominaba Cementerio Católico y que hoy todos conocemos como el Cementerio Municipal; en el cual durmieran el sueño eterno los afiliados a otras religiones, ya que, la Iglesia Católica sin ningún derecho alegaba que el existente era exclusivamente para los católicos.

La dirección de la obra le fue encomendada al M:. Q:. H:. Onofre de Lora, G.31, Maestro Constructor, quien realizó la obra en breve tiempo. Este lucía un hermoso portal ornamentado pero, luego fue destruido para unir el Cementerio Cosmopolita con el Cementerio Municipal. Alguien, a quien le interesaba la dirección de los trabajos, se acercó al Presidente del Honorable Ayuntamiento y le dijo bajo la más absoluta reserva que el cementerio no podía edificarse en el sitio escogido porque no había seguridad debido a que el terreno era quebradizo. De igual Manera lo comunicó al presidente del Honorable Ayuntamiento.

Y, no solamente era el Cura el opositor, ahora teníamos de frente al presidente del Honorable Ayuntamiento. Cuantas veces se iniciaban los trabajos otras tantas se suspendían por supuestos defectos que tenía la obra. En el año de 1897 los masones querían inaugurar el Cementerio Cosmopolita en una de las fechas importantes de la República pese al cúmulo de obstáculos que se interponían.

En esos días llega a Santiago de los Caballeros el General Ulises Heureaux, Presidente de la República, Pacificador de la Patria y miembro de la masonería Grado 33. Uno o dos días después de su llegada le fue solicitada una audiencia por el M:. Q:. H:. Don Eduardo Victoria, Grado 33, Presidente de la Junta de Fábrica para la construcción del cementerio, la cual le fue concedida ese mismo día para las nueve de la mañana. Después de los saludos de estilo, el Hermano Victoria le expuso al General Heureaux los inconvenientes por los que había tenido que pasar la Logia Nuevo Mundo No. 5 para la construcción del cementerio.

El General Heureaux llamó a uno de los Oficiales de su Cuerpo Militar y le ordenó buscarle inmediatamente al General Pedro Pepín donde quiera que este se encontrara. Media hora después se encontraba el General Pepín frente a su Jefe y, allí mismo, delante del Hermano Victoria, díjole el General Heureaux al General Pepín: " A las cuatro de la madrugada, óigalo bien, vaya donde el Presidente del Ayuntamiento y dígale que tengo necesidad de inaugurar el Cementerio Cosmopolita de la Respetable Logia Nuevo Mundo No. 5 el 16 de Agosto, conjuntamente con el Ferrocarril Central Dominicano." El General Pepín cumplió cabalmente la orden de su superior. El día 16 de Agosto del año 1897, llevando del brazo a la Honorable Matrona Doña Eloisa Espaillat, viuda del Ilustre Patricio Don Ulises Espaillat, inauguró el General Ulises Heureaux el Cementerio Cosmopolita.

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